26/12/24

Los poemas invisibles

Eres capaz de escribir una ausencia

pintar un vacío, esculpir con precisión la nada,

que al caer la lluvia y corra

el agua por los bordes

como mil ríos desbordados

delatarán las gotas y el frío

el ente hueco que dejaste como obra.

¿Cómo materializaste al viento?

¿Qué destreza te permitió engañar a la luz y al lexema?

¿Cuántas dimensiones demuestras con esto

que no soy capaz de ver?

¿Puede esta belleza ser real sin poder asirse en sustancia?

¿Cómo me atraviesa algo sin pasar por las puertas de mi percepción?

En esta tarde de aguacero,

lo veo a la vez que no lo veo,

solo será real un momento

y al escampar

solo podré recordarlo.

Ciudad invernal

 

¿Hueles eso?

Es rescoldo de chimenea y camillas encerrando el fuego

es la tetera de la mañana, la de la tarde y la de antes de dormir

es el bol de los caldos, la huida de las manos a los bolsillos,

huele a la muerte de los mosquitos

a copos microscópicos que nunca nievan

a lana de ovejas de colores paseando la ciudad

a taxista echándose vaho en las manos.

¿Lo oyes?

Son nubes cargadas y sol de bajo consumo

es la llamada de las mantas y los cantos de sirena de los edredones

los teléfonos de los solitarios volviendo a llamar

el siseo de los veladores en el sur, donde los techos dan urticaria

Es el sonido de las básculas riéndose fuerte

las cañerías dilatándose por las mañanas

el expirar colectivo de final de ciclo

¿Lo sientes?

La caricia del invierno en los huesos

el borde derramado de ti mismo tras la décima croqueta

el memento mori auto consciente del calendario en su última página

los cambios de humor de la humedad al entrar y salir de los sitios

la carga superviviente de los abrazos

el esfuerzo bélico de la sangre en cada latido

tu piel más cerca

tras mil capas más de tejido.

10/12/24

Oposición

 

Escucho a Adela desbocada en el establo,

tormentas a lo lejos que barren

cualquier cosa más alta que el césped,

mil años de simulacros de incendio

de quienes nunca vieron el fuego

y se preguntan por ese calor

que reblandece la patata

y a la vez endurece el huevo,

esa crecida inesperada del río

que acabó con una generación de peces remontadores

con los molinos, incapaces de cosechar tal fuerza,

y con la casa del hombre necio

que construyó sobre la arena

y ahora es grande nuestra ruina.

¿Caza el león por hambre o por deber con la manada?

¿Es pasión eso en su acecho? ¿En la carrera? ¿En la dentellada final?

Pregúntate siempre

por el pragmatismo de los delfines que saltan sobre el agua

por las pinturas rupestres

los poemas en las paredes de la cárcel

por el timbre distinto en el canto de los pájaros.

Busco ese trozo de Puck, Oberón y Titania

que sé que escondí en alguna parte

para que me dejara dormir

pero que ahora chilla, vibra, retumba,

arma este escándalo

tira las tejas, tumba los armarios,

raja las paredes, rompe los cristales,

me ciega, me quema, me deja sordo,

y todo por la sencilla razón

de haberme parado a mirarte.

29/8/24

El bosque

No pincha en realidad, es la luz, 

que afila los ángulos del vegetal vivo y el vegetal muerto

del sotobosque horizontal y del bosque vertical.

Los colores huelen a verano en miniatura, a recargada fotosíntesis

con tono marítimo de verde

A cuánto levante del suelo este bosque es irrelevante

La figura iluminada que parece adentrarse en él

sería igual, diminuta o gigante,

Toda la claridad visible se ve filtrada, 

todo el más allá tiene algo delante que lo oculta

toda apariencia de curva es una farsa

y a la vez

no pincha, de verdad,

es la luz.



11/8/24

Nuestra casa

 “Una generación se va

y otra generación viene

pero la Tierra permanece”

Eclesiastés 1:4


¿Qué sostiene esta casa?

¿Qué cimientos aseguran su estructura?

¿Qué paredes nos protegen?

¿Cuáles nos separan?

¿Qué puertas compartimos con el vecino?

¿Cuáles dejamos cerradas?

¿Qué mundo nos deja ver

el cristal de sus ventanas?

¿A dónde va a parar

el humo de nuestras brasas?

La basura que aquí no cabe,

¿en qué lugares acaba?

¿Qué abastece la cocina?

¿Quién nos provee del agua?

Para que la hoguera de calor,

¿qué es necesario que arda?

Perdón, no quise interrumpir,

esta vida acomodada

Pero, dime, al llegar abril,

¿qué sostendrá esta casa?

8/5/24

Canción y relente

Me llevé de recuerdo

La cara de rencor de tu gato

Al ver cómo me iba

No me quedó tiempo, no me lo diste

Para las deudas, los libros pendientes,

Mis gafas de lejos, el rayo en la botella,

Y las astillas de mi listón

 

(Fuiste fulminante y explosiva

Como pólvora de los fuegos feriantes

El final de un poema sin intención de rima

El silencio tras tres puertas al cerrar)

 

Hoy, ya desclavado del sillón

Gallinero limpio y cara lavada

Te digo

 

Que se me quedó en el tintero contarte

Que tiene nombre de fiesta,

De raíces, de paganismo disfrazado de devoción

De tierra y de canción.

 

Que solo esperaba durarle, si acaso,

Algo más de lo que le duran dos cervezas

Y ahora me veo planeando versos a meses vista

Y prometiendo el mar mientras me dura la resaca.

 

Pero aún hay polvo en el aire que se resiste a asentarse

Y tú ya sabes que tengo más tiros dados

Que las ventanas de un bosnio

Y aún así tengo todavía dentro

el daño de los bombardeos

Y la calma frágil

de una cuerda anudada tras cortarla.

 

Pero aquí está conmigo

esa sustancia pegajosa del vacío

Que no se llena sino que convive

Con un universo en expansión,

Ese reconstruir mientras dura la guerra

La primavera llegando a un camposanto

El sabor a transición amarga

Tras un dictador muerto en cama.

28/2/24

Donquijotstvovat

 

En esto consiste la rebeldía

en la revolución de la minoría absoluta

del yo más solitario

Hacer todo lo posible sabiendo que no será suficiente

aceptar la derrota como descripción del propósito

vivir en la casa que nunca será tuya

soñar las cosas que jamás harás,

castigar tus impulsos artificiales

con resignada frustración

y tomarlo como victoria.

Asumir la soledad de tu lucha

y el laberinto que te encarcela

como creaciones propias

con vida autónoma,

con las que vives y en las que vives.

no algo sexy, duro o misterioso

sino miserable, incierto y lleno de dudas.

con el único orgullo

de que las personas buenas

no precisan medallas al cumplimiento del deber

Saber en todo momento

que la razón no gana las guerras

que el precio que pagan los valientes en realidad es el olvido

que la única paz vendrá entre disparo y disparo

entre detonación y detonación

amigo caído y amigo caído

como un breve sueño de trinchera

de los días contra los años

con un amanecer preso

siempre a punto de suceder.

 

 

30/1/24

El hecho del helecho

 No había nada

un espacio dentro de un hueco

vacío apenas sustancia

un solar primigenio.

 

Ni palabras había.

 

Entonces

Salió algo verde de la orilla del mar

Queriendo explorar ese lado del mundo

Que aún ni respiraba ni tenía color.

Echó sus raíces

y trató de beber de la tierra

Al crecer, llegaron las ranas

Lagartos gigantes, bichos como autobuses

Bosques esmeralda, titanes peludos

Y glaciares de diamante

 

La vida pasando la adolescencia/ la vida como un adolescente

Y encontrándose con su propia violencia

 

Ahí seguías, verde,

Viendo venir etapas y eras

Calmas y guerras, tempestad y paz

Echada tu ancla y tus banderas

Entre cataclismos y holocaustos

De borrón y cuenta nueva.

 

En las últimas campanadas

Estos compañeros de piso

De fango, tierra y agua

Ranas desnudas de entraña caliente

Ese cosmos mirándose a sí mismo

Molestia de montañas

Incordio de nubes y mares

Truncadores de balanzas y cazadores del todo.

 

Y ahí seguías, verde,

De alimento de colosos

A ornamento orgulloso de junglas de ladrillo.

 

Qué tragedia de dependencia, verde,

Jade vivo casi inmortal, semi eterno

Tornado marrón mierda

En un mundo más ordenado, pero más ardiente que nunca

Menos violento que aquel erial volcánico

Y a la vez más implacable

 

Tu fortaleza jurásica pudo con todo

Pero no tuvo nada que hacer

Con el fuego estival de la calle San Vicente.

 

Cientos de millones de años

Todas las edades de la humanidad

Diez extinciones masivas, movimientos continentales

Para acabar rehén en un balcón

Víctima de un juego de azar

Y un malabar de palabras

Entre el hombre de la pandereta

Y un domesticador de pelusas.

 

Tal vez algunos seres no estáis hechos para evolucionar

Sino para enseñarnos

Qué puede ocurrirnos si no lo hacemos.