30/1/24

El hecho del helecho

 No había nada

un espacio dentro de un hueco

vacío apenas sustancia

un solar primigenio.

 

Ni palabras había.

 

Entonces

Salió algo verde de la orilla del mar

Queriendo explorar ese lado del mundo

Que aún ni respiraba ni tenía color.

Echó sus raíces

y trató de beber de la tierra

Al crecer, llegaron las ranas

Lagartos gigantes, bichos como autobuses

Bosques esmeralda, titanes peludos

Y glaciares de diamante

 

La vida pasando la adolescencia/ la vida como un adolescente

Y encontrándose con su propia violencia

 

Ahí seguías, verde,

Viendo venir etapas y eras

Calmas y guerras, tempestad y paz

Echada tu ancla y tus banderas

Entre cataclismos y holocaustos

De borrón y cuenta nueva.

 

En las últimas campanadas

Estos compañeros de piso

De fango, tierra y agua

Ranas desnudas de entraña caliente

Ese cosmos mirándose a sí mismo

Molestia de montañas

Incordio de nubes y mares

Truncadores de balanzas y cazadores del todo.

 

Y ahí seguías, verde,

De alimento de colosos

A ornamento orgulloso de junglas de ladrillo.

 

Qué tragedia de dependencia, verde,

Jade vivo casi inmortal, semi eterno

Tornado marrón mierda

En un mundo más ordenado, pero más ardiente que nunca

Menos violento que aquel erial volcánico

Y a la vez más implacable

 

Tu fortaleza jurásica pudo con todo

Pero no tuvo nada que hacer

Con el fuego estival de la calle San Vicente.

 

Cientos de millones de años

Todas las edades de la humanidad

Diez extinciones masivas, movimientos continentales

Para acabar rehén en un balcón

Víctima de un juego de azar

Y un malabar de palabras

Entre el hombre de la pandereta

Y un domesticador de pelusas.

 

Tal vez algunos seres no estáis hechos para evolucionar

Sino para enseñarnos

Qué puede ocurrirnos si no lo hacemos.




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