27/1/11

Iracundia pasajera

Echadme correas para que de mi salivar no nazca luparia, encerradme donde el agobio de la luz no llegue y dadme un cerebro de repuesto que recuerde las piedras por las que ya tropecé.
Dejadme solo, sin casus belli hechos de necedad y capricho, sin ojos y dientes que recuerden ternura y ahora sean amenazas. Malditas mariposas,¡llegáis antes de la primavera!¡Largáos por donde vinisteis y no volváis a molestar mi calma!
No me lanceis cuerdas de rescate a mi agujero, sino tapadlo para no oir mis voces de genio y rabia de animal. Que no os grito a vosotros, que es al pedacito de cielo que veo desde aqui y me recuerda que no me gusta lo venidero.

Aún sonrío, y eso a mi espejo le basta para darme los buenos dias cada mañana.