9/5/09

El Jinete Alazán

¿Qué ocurre con los miles de muertos podridos,
los enormes edificios destruidos,
los incontables litros de sangre ya seca,
los cuerpos que trae la marea,
el silencio después del gran ruido,
cuando el polvo ya ha caído?
Nada queda de la Guerra.
Sólo una cita en un libro.

El primer jinete vendría en un caballo alazán. Lo que no le dijeron fue que lo llamarían echando papeles en una urna. O que tendría nómina en las grandes empresas. Esperaba que su simple nombre espantara a los seres humanos, no que tuvieran que verlo a su lado para que les importase algo. No esperaba que lo sacaran en películas y videojuegos y que hasta para los niños significara tan poco.
El primer jinete vendría en un caballo alazán. Y este caballo está ya muy cansado. Tiene que ir a muchos sitios y muy rápido. No tiene casi descanso entre un destino y otro. Su pelaje color meloso esta ya tiznado y manchado de tanto trabajo. Quiere ya la jubilación pero los jefes le piden nuevos lugares a los que debe dirigirse. Y, curiosamente, le parece que todos estos lugares son los mismos siempre.
El primer jinete vendría en un caballo alazán. Pero, mire usted qué curioso, él pensaba ser alguien de importante rango, de quien se hablara mucho y que todos odiaran y temieran. Y se ha visto convertido en un funcionario público o en un currante a jornada completa.
Pobre pringao.

La trompeta sonó. Otra vez a trabajar...