He partido de la premisa:
que es el artista un dios,
y partiendo de su interior
crea belleza donde no había.
Si no me equivoco yo,
cabezas huecas, cabezas vacías,
que huís de arte y sabiduría
¿sois el fin de la creación?
Medito sobre todo aquello,
que los artistas crearon.
Leo,escucho, admiro y veo
lo poco que queda de ese pasado.
¿Cómo habéis podido olvidarlos?
¿Por qué no guardásteis su recuerdo?
Todo lo bello, lo habéis repudiado...
y yo, de mis pensamientos voy y de mis pensamientos vengo.
Dicen que no se le reconoce una obra a su autor hasta que éste está muerto. Quizás Dios tenga que morir para que empecemos a valorar su creación.
ResponderEliminarLa noche estrellada es de lo poco de Van Gogh que me encanta, aunque creo que ésta no es la primera vez que te lo digo.