Me llevé de recuerdo
La cara de rencor de tu gato
Al ver cómo me iba
No me quedó tiempo, no me lo diste
Para las deudas, los libros pendientes,
Mis gafas de lejos, el rayo en la botella,
Y las astillas de mi listón
(Fuiste fulminante y explosiva
Como pólvora de los fuegos feriantes
El final de un poema sin intención de rima
El silencio tras tres puertas al cerrar)
Hoy, ya desclavado del sillón
Gallinero limpio y cara lavada
Te digo
Que se me quedó en el tintero contarte
Que tiene nombre de fiesta,
De raíces, de paganismo disfrazado de devoción
De tierra y de canción.
Que solo esperaba durarle, si acaso,
Algo más de lo que le duran dos cervezas
Y ahora me veo planeando versos a meses vista
Y prometiendo el mar mientras me dura la resaca.
Pero aún hay polvo en el aire que se resiste a asentarse
Y tú ya sabes que tengo más tiros dados
Que las ventanas de un bosnio
Y aún así tengo todavía dentro
el daño de los bombardeos
Y la calma frágil
de una cuerda anudada tras cortarla.
Pero aquí está conmigo
esa sustancia pegajosa del vacío
Que no se llena sino que convive
Con un universo en expansión,
Ese reconstruir mientras dura la guerra
La primavera llegando a un camposanto
El sabor a transición amarga
Tras un dictador muerto en cama.